¿Cómo hacer un jardín zen en casa?

¿Qué es un jardín zen?

El término jardín zen nos evoca imágenes orientales de escenarios tranquilos y pacíficos. Se refiere a un tipo de jardín japonés (o Karesansui) que se distingue por su simplicidad, su decoración y por albergar un número equilibrado de plantas.

¿Cuáles son sus características?

Los jardines zen evitan la sobrecarga en todas sus formas. Su meta es representar, en cierta medida, el panorama japonés o, al menos, su espíritu: valles, montañas pedregosas, ríos y lagos.

Una de las particularidades que caracterizan a los jardines zen son las extensiones de arena, las piedras dispuestas armónicamente y la grava.

¿Cómo hacer un jardín zen?

Si estás pensando en crear un jardín zen en casa. En ese caso lo primero que tienes que pensar es qué tipo de espacio quieres conseguir.

Los jardines japoneses llevan implícito el objetivo de crear espacios serenos, pensados para la contemplación, y no tanto para transitar por ellos. El origen de los jardines zen está en aquellos espacios que creaban los monjes budistas con el objetivo de favorecer la meditación.

Por eso, si tienes niños pequeños que van a jugar en el jardín, puede que un jardín zen no sea el estilo de paisajismo más adecuado en tu caso.

¿Cuáles son los elementos que integran un jardín zen?

Los jardines zen se distinguen por su aparente simplicidad, aunque en realidad cada elemento está cuidadosamente elegido y dispuesto para crear una sensación de armonía y equilibrio.

Aquí te presentamos algunos de los elementos más comunes:

1. Piedras y Rocas: Consideradas el esqueleto del jardín zen, las piedras y rocas son cuidadosamente seleccionadas por su forma, color y tamaño, y se colocan de forma estratégica para representar elementos del paisaje natural, como montañas o islas.
   
2. Agua o la representación de ella: En un jardín zen, el agua puede estar presente en forma real, como un pequeño estanque, o simbolizada a través de áreas de arena o grava rastrillada para sugerir ondas o ripples.
   
3. Plantas y Árboles: En su mayoría son especies que requieren poco mantenimiento y que se adaptan bien al clima local. Suelen ser de hoja perenne para mantener el color durante todo el año.
   
4. Puentes y Pasarelas: Muchas veces estos se utilizan para conectar diferentes áreas del jardín y añadir un elemento de sorpresa a la vista.
   
5. Farolillos y Estatuas: Estos elementos agregan un toque de elegancia y misticismo al jardín. Los faroles suelen utilizarse para iluminar senderos, mientras que las estatuas suelen ser deidades o figuras budistas.
   

Cada elemento en un jardín zen tiene un propósito y una intención, creando un espacio que invita a la meditación y la reflexión.

El tamaño del espacio no determina la belleza

La extensión de tu jardín no es un factor esencial a considerar para adoptar el diseño zen. De hecho, un jardín más pequeño puede ser incluso más apropiado que uno amplio para este estilo de jardinería.

Inicia definiendo los límites de tu jardín zen. Puedes excluir algunos espacios para diseñar áreas de descanso con mobiliario de jardín, o el área de la piscina.

Una vez que hayas establecido la zona destinada, es hora de decidir dónde se ubicarán los diferentes elementos.

Define, por ejemplo, el espacio donde colocarás la arena. Puedes delimitar este sector con madera o piedras, para prevenir que la arena se esparza por el área.

Luego, es aconsejable que recubras el terreno con una malla anti hierbas. Puede ser bastante molesto ver cómo las hierbas invasivas irrumpen en la superficie de arena de tu jardín zen, alterando su armonía.

Buscando la simetría

Después de haber preparado el área que será el núcleo de tu jardín, es hora de añadir una generosa capa de arena que cubra el suelo.

Esta superficie debe ser rastrillada de manera que se formen curvas y ondulaciones que recuerden las olas del mar y transmitan esa sensación de tranquilidad tan característica de los jardines zen.

Te brindará la impresión de que todo está en constante movimiento.

¿Cuál es el significado del jardín zen?

También conocido como jardín japonés de rocas, Karesansui o “paisaje seco”, lleva consigo un significado profundo. Su diseño minimalista y la disposición cuidadosa de sus elementos tienen como objetivo principal propiciar la meditación y la reflexión.

Los jardines zen destacan por su estrecha conexión con los principios del budismo Zen, donde se enfatiza la búsqueda de la iluminación a través de la contemplación y la meditación.

Por lo tanto, un jardín zen es más que un simple espacio estético: es un lugar de serenidad y armonía, diseñado para cultivar la paz interior y promover la reflexión.

Preguntas frecuentes

Conclusión

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